La Ruta de Panamá


HISTORIA. a 500 años de su descubrimiento
Se echó mano a toda la tecnología de la época y se construyeron recias fortalezas. Surge en el istmo el triángulo de hierro: Portobelo, San Lorenzo y Panamá, que se constituyó en bastiones del comercio y la defensa.

Andrés Villa
PA-DIGITAL

El descubrimiento del Mar del Sur cumple en el año 2013 nada menos que 500 años. El tiempo ha volado, han sucedido muchas cosas, pero, en la historia de la humanidad, son los libros de civilización los que guardan principalmente esa fecha. Son más de cinco siglos desde que el hombre occidental comenzó la era de los descubrimientos, amplió sus horizontes y encontró la ruta a Panamá.

Es que los esfuerzos de Vasco Nuñez de Balboa, que culminaron aquel 25 de septiembre de 1513, quedaron tallados en letras de oro pues, desde ese momento, se multiplicaron los caminos por los que se comunicarían las naciones.

Balboa revela a la corona española y a la sociedad mercantil de aquellos tiempos que Panamá es un istmo muy estrecho y que lo que descubrió Colón es nada menos que un gigantesco continente. Que ha descubierto un ancho mar, que es mucho más pacífico que el Atlántico.


Desde ese momento, la conquista española se facilita y se acelera la llegada de la época colonial que duraría alrededor de 300 años.

Surge un nombre, para todos los marinos, inversionistas y los comerciantes, el nombre de Panamá. Por Panamá, se puede. Es más rápido y corto por Panamá. ¿De dónde viene eso? De Panamá. ¿Cómo llegaremos allá?, todos contestan por Panamá.

Y así comienza a ser. Desde el Perú, por Panamá, pasó la papa, el tomate, los ajíes, el oro de los incas. Por Panamá pasó el caballo hacia el sur, la vaca y las gallinas, la caña de azúcar. Productos que cambiaron la geopolítica de Europa y comenzaron a formar un nuevo lugar, América.

Y si usted cree que esto es poco, imagínese qué sería de la comida italiana sin el tomate. Gracias al cultivo de la papa, la población europea creció. En el siglo XIX, la migración irlandesa a los Estados Unidos se debió a que las cosechas del tubérculo, durante varios años seguidos, se malograron y la comida escaseó.

El infame mercado de esclavos, factor preponderante en la colonia, también pasó por Panamá. En Portobelo y en Calidonia, funcionó un gran mercado de seres humanos que fueron secuestrados de África. Al final, todo sirvió para conformar el gran crisol de razas que pobló a todo el continente.

Como España, en esa época, no pudo construir un canal, fundó a la ciudad de Panamá y abrió dos caminos transístmicos, el de Cruces y el Camino Real, que se comunicaron con puertos sobre el Mar Caribe.

Y volvieron a considerar a Panamá como un paso mágico, como un sitio increíble.

¿De dónde vienes? De Panamá, que es un sitio de oportunidades. Nacieron las ferias comerciales de Portobelo, y todas las flotas de la poderosa España se juntaron en aquella bahía que descubriera Colón en su cuarto viaje, con las mercancías de otros barcos anclados en el Pacífico, en Panamá.

Y llegaron los piratas, las guerras en el Caribe y acabaron con todo. Los enemigos de España comprendieron que si querían hacerle daño, había que arruinar su principal ruta. En 1671, forman la mayor expedición pirata de la historia y destruyen esa ruta. Pero qué va, aquel paso muy cercano entre dos mares era demasiado importante. Y aquella palabra mágica: Panamá, volvió a ser tomada en cuenta. Se echó mano a toda la tecnología de la época y se construyeron recias fortalezas. Surge en el Istmo el triángulo de hierro: Portobelo, San Lorenzo y Panamá. La Ciudad de Panamá fue una de las últimas en el mundo a las que se encerró entre murallas. Y se fueron los piratas, pero fue entonces España la que baja su actividad, la que aplica monopolios en el comercio con sus colonias, y la ruta no es tan vigorosa como en el principio.

En el siglo XIX, el mundo entra en la era industrial, crecen las naciones. Aparecen los grandes estados: Francia, Estados Unidos y el Imperio Británico. Y en 1855, se construye el primer ferrocarril transcontinental de la historia. ¿Por dónde? ¡Ufaaaaaa!, ¿no lo sabe? Eso es muy claro, ¡por Panamá!

También, para esos días, los franceses comprenden que hay que encontrar un sitio para un canal, que acorte las distancias entre los océanos Atlántico y el Pacífico, y determinan que Panamá es el sitio indicado, pero fracasan en su intento.

En el Siglo XX, el hombre había logrado muchos inventos y construyó el canal por Panamá. Y de allí las cosas se multiplican. El istmo se convierte en una nación democrática, es un centro de inversiones, hotelero, un destino turístico, un sitio donde los retirados pueden vivir bien, pero todo eso comenzó hace 500 años con el descubrimiento del Mar del Sur.

Los estudiosos del tema, en las escuelas, a veces se van por lo romántico o por la fatalidad de las disputas entre Pedrarias y Balboa, que terminaron con la decapitación del último. Pero lo medular de aquella época es el descubrimiento de la ruta.

Vivir a orillas de una ruta, con los que llegan, con los que se van, con los que se quedan, da cierta identidad. Marca la forma de ser de un pueblo. Determina sus costumbres, y la composición de su población. Así pasó en Panamá. Fuimos y somos de una región que es camino, puente y puerta, y adoptamos las costumbres de los que llegaron. De los negros antillanos, de los ritmos cubanos que llegaron por la radio y por los vapores que recalaban en la Habana antes de terminar en Colón, de los italianos, judíos y griegos. De los hindúes y de los chinos. De los norteamericanos, aunque al final la ruta atrajo a la población del interior y ellos trajeron su acordeón, sus cutarras, su pollera y reclamaron su lugar, alrededor de la ruta.

Vivir sobre una ruta te da tolerancia con los visitantes. Panamá siempre ha abierto sus puertas y los panameños han brindado una sonrisa. Actualmente, recibimos más de millón y medio de visitantes anuales, comenzamos a ser reconocidos como un gran destino turístico, cuya principal marca es ser la gran ruta en el medio de las Américas. Todos quieren conocer la ruta.

Celebremos, recordemos la importancia de la hazaña de Balboa, aquel 25 de septiembre de 1513. Son 500 años de la ruta, 500 años de una historia que hizo que se conociera mejor el planeta y que se formara la idiosincrasia del pueblo panameño.


Panamá América
Suplemento Día D
8 de agoasto de 2010

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